Cartas a la princesa

Cartas a la princesa

Epistolario
Edición y Prólogo, Ignacio Echeverría - Penguin Random House, 2023
336 págs.

Libro inédito del gran escritor rioplatense. Cartas que escribió entre 1987 y 1989 a su última mujer y que muestran gran parte de su universo literario y personal.

«Princesa, esto no es una carta para vos (¿qué te puedo decir que ya no te haya dicho, de bueno y de malo?), sino que, como otras veces, utilizo tu imagen de interlocutor privilegiado para desarrollar mi monólogo de búsqueda, buscando precisamente que tu imagen me ayude a no salirme demasiado de la razón».

Entre 1987 y 1989, mientras Mario Levrero vivía en Buenos Aires, trabajaba en revistas de crucigramas para conseguir el dinero suficiente que le permitiera comprar lo que más anhelaba: tiempo para dedicarse a escribir. Allí inició un romance con Alicia Hoppe, quien había sido la mujer de un viejo amigo y, más tarde, su médica personal, que lo acompañó durante años en sus devenires psicosomáticos. En ese momento, ella residía en Colonia (Uruguay) y estas cartas son testimonio del inicio y crecimiento de ese amor adulto y, también, registro literario de las obsesiones, temores e ilusiones de un singular escritor, con un poder de observación y análisis extraordinario.

Cartas a la princesa podría considerarse «el eslabón perdido entre Diario de un canalla —el primer libro de Levrero, que rompe con la ficción y empieza a buscarse a sí mismo— y El discurso vacío», según el crítico Ignacio Echevarría, responsable de la edición de estas cartas, que le colocaron en el camino hacia La novela luminosa.

Un testimonio valioso de su universo literario y personal. La opinión de Málaga

Un artefacto de alto voltaje literario, psicoanalítico, experimental. Laura Fernández, El País

La lucidez del escritor es tan visceral que altera cualquier naturaleza privada de las epístolas: el lector, sea quien sea, deviene princesa cautiva de estos textos. Javier Mattio, La voz

Imposible no pensar en uno de los autores capitales para la literatura de Levrero, Franz Kafka, cuyas cartas amorosas (…) eran igualmente sustituto de presencialidad y vaciadero de frustraciones. Los parecidos son sorprendentes. Valeria Tentoni, Revista Dossier