El jurado de este premio, que busca promover nuevas voces en la literatura latinoamericana, destacó que «a diferencia de la mayoría de la ficción contemporánea, que privilegia predominantemente los colores urbanos, la obra de Selva Almada logra reconstruir la atmósfera enrarecida de la vida de la provincia, en diálogo con la gran tradición de la narrativa regionalista», y definió a su prosa como «exacta y límpida, dispuesta a someterse a incursiones fantásticas», ya que «dibuja una escritura cohesionada y coherente, capaz de desplazarse ágilmente entre los géneros literarios, sobrepasando las fronteras».