Considerada por muchos de sus lectores y por parte de la crítica como su obra maestra, El discurso vacío, está protagonizado por un escritor que se dedica a observar su propia caligrafía en busca de respuestas sobre su identidad. Sumido en una crisis familiar, lidiando con una esposa huidiza, un perro con ansias de libertad y un niño que interrumpe continuamente su sagrada concentración, el escritor sobrevive aferrándose a lo que considera una máxima de la caligrafía: “letra linda, yo lindo”.

Esos trazos sinuosos le brindan respuestas sobre el significado de escribir, sobre las angustias de la escritura creativa, y en especial, sobre la siempre mágica relación de la escritura con la vida.

Una alegre sabiduría late en cada frase de El discurso vacío, una pequeña obra maestro de Levrero, que es uno de los escritores más divertidos e influyentes de los últimos tiempos. Este libro puede cambiar tu vida, o al menos tu letra. Alejandro Zambra

Cada uno de sus libros es mejor que el anterior. Damián Tabarovsky,  El País

En resumen, toda la vida cotidiana, bajo la pluma-lupa de Levrero, se amplifica, cava, profundiza… hasta el punto de que los divertidos y trágicos percances de un perro nos trasladan a un escenario cargado de romanticismo… Damien Aubel, Revista Transfuge 

Un libro imprescindible, una obra de culto. Rodolfo Fogwill

De todos los trabajos de Levrero, El discurso Vacío, por su lucidez, su osadía, su absurdo e irresistible humor, por no mencionar su valor estratégico respecto al resto de su obra, es el mejor medio para acceder a este singular autor que sigue ganando seguidores y cuya reputación ha desbordado hace tiempo el nicho reservado a los escritores de culto. Ignacio Echevarría

El estilo autobiográfico de Mario Levrero es un concentrado de humor, donde el escritor uruguayo se reconstruye en un formidable elogio de la frase. Didier Jacob, Revista L’Obs

Se separa de la forma para abordar lo esencial, la eternidad. Christian Roinat

Como tarjeta de presentación para el talento de Levrero, es ciertamente atractiva. Anthony Cummins, The Guardian

Redentora, conmovedora y humana. Matthew Adams, The National

Una novela excéntrica, divertida y original; filosófica, pero amena, breve, pero obsesiva; irónica pero desesperada y teórica, pero íntima. Dana Spiotta

El discurso vacío parece una novela sobre la escritura, pero en realidad es un libro sobre el yo. Muestra el frágil y mágico trabajo que puede realizar la novela como forma, las redes de significado que se activan cada vez que se reúnen fragmentos en un collage. Triunfa de un modo que representa la derrota última y total de su narrador. Se convierte en literatura. Adam Thirlwell, London Review of Books

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