¡Felicidades!

¡Felicidades!

Novela
Seix Barral, 2019
328 págs.

Andrés Guerrero, supuesto experto en literatura, sigue el rastro de Julio Cortázar por Europa con el fin de montar una muestra de objetos en su honor. El destino quiso que compartiera comitiva con Magdalena Ferro, hija de un amigo, a la que tuvo en brazos cuando nació. Es el comienzo de una deriva vertiginosa por París, Saignon, Bruselas, Barcelona, Madrid y Londres en la que se suceden la comedia violenta del trabajo, las pasiones fuera de control y la confusión sentimental.

Un retrato trepidante de la decadencia de la civilización moderna, la futilidad de la vanidad artística y el lado oscuro del deseo.

La bestia negra de Becerra –su terror, su punto ciego– es la melancolía, la queja elegíaca, la literatura-canto-del-cisne, de las que huye como sólo él sabe hacerlo: con ese aceleracionismo salvaje que lo vuelve inconfundible, sin miedo a derrapar, atropellar inocentes o incrustarse en un árbol (…). Alan Pauls, La Agenda

¡Felicidades!, donde Becerra a la vez destroza y amplía a Cortázar, revelando sus apropiaciones y sus límites y reconvirtiendo al Oliveira de Rayuela en un reventado amoral, expansivo y lujurioso cuyas meditaciones no son devaneos sobre la metafísica del ser sino sobre el modo en que la realidad de la vida destruye la pureza de las almas. Daniel Guebel, Perfil

Es una apuesta temeraria de la prosa: cómo hacer que cada página, que cada párrafo, que cada frase contenga el máximo nivel de electricidad que se pueda permitir. Leer a Becerra es meter los dedos en el enchufe. Parte de la “personalidad” de su prosa está en los giros inesperados. Mauro Libertella, Revista Ñ, Clarín

(…) un estilo particular, en el cual el humor, el cinismo, la ironía ácida y el desparpajo son condimentos sustantivos de historias originales narradas con una prosa distinguida y virtuosa. Hinde Pomeraniec, Infobae

¡Felicidades! tiene momentos impecables (…). Es una novela cínica y vertiginosa. Tatiana Raicevic, El País Digital