El mundo, en este caso la selva, es diferente para cada quien según cómo lo mire. Hay muchas maneras de definir los lugares y Simi Tití quiere experimentar, pese a la prohibición de su madre , cómo se ve con anteojos.

La voz de la madre lo persigue cada vez que se ve tentado a transgredir y “decide desobedecer por orden de importancia”. Primero se pone los anteojos del hermano mayor, luego los de su madre y finalmente los del abuelo. Ver con los “ojos” de los demás le da una idea. Y vuelve a mirar el mundo con ojos nuevos

Las miradas, los puntos de vista, la renovación y los recuerdos son pinceladas que Liliana Bodoc y Viviana Garófoli nos regalan llenas de poesía desde la palabra y la imagen.

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